Día 7: La ciudad dormida

De momento no conozco muy bien la ciudad de Dresde. Ayer fui por primera vez al centro a conocer los monumentos pero, lamentablemente, la cámara se quedó sin pilas nada más salir de casa, así que no puede hacer fotos. De todas formas intentaré volver esta semana para fotografiar lo que vi. A Dresde la llaman de muchas formas: La Florencia del Elba, la Atenas del norte… aunque el calificativo que he escuchado que veo que más se ajusta a la realidad es ‘La ciudad dormida’. Este sobrenombre viene de lo tarde que han comenzado aquí las tareas de reconstrucción de la ciudad. La ciudad resultó totalmente destruida tras el bombardeo de los aviones aliados los días 13 y 14 de febrero de 1945. Después de la guerra vino el gobierno socialista, al cual le interesaba más la reconstrucción de la industria que la de los monumentos. Tras la reunificación, sólo ante el advenimiento de su gran aniversario (la ciudad cumple 800 años el próximo año) comenzaron las tareas de reconstrucción. Por eso aun se ven muchos edificios derruidos, con las marcas de las bombas incendiarias, y apuntalados. Incluso la Hauptbahnhof (que significa “estación principal”) aún tiene derruidas dos de sus tres terminales. Por lo demás es una ciudad preciosa, hay varios monumentos imponentes, como la academia de bellas artes, la opera Semper (en honor a su arquitecto Gottfried Semper) y el edificio Zwinger, que está considerado el edificio barroco más hermoso de Alemania. También hay un mural en el que salen todos los reyes de Sajonia. Antes era una pintura pero como se borraba la cambiaron por unos azulejos de porcelana de Meissen. La terraza del Elba es un parquecito muy majo al lado de la academia de artes, que tiene unas esculturas preciosas, desde el que se ve todo el río y los palacios que hay en el otro lado, como el palacio japonés. ¡Es un buen sitio para dar un paseo!

Por mi parte, sigo estudiando alemán. El otro día me compre el primer libro de Harry Potter, a ver si leyendo libros infantiles me voy quedando con el alemán. A pesar de ser un libro para niños llevo invertidas más de 12 horas para poder leer dos páginas. También me he comprado un libro de tablas de química en alemán para acostumbrarme al lenguaje científico.

Harry en alemán

Ya empieza a hacer frío y hoy he conectado por primera vez la calefacción. De esta semana no pasa, ¡tengo que ir a comprarme una cazadora!.

Publicado el 19 de septiembre de 2005