Día 84: Por qué no voy a alemán

Algunos días falto a la clase de alemán que me ofrece, totalmente gratis, la universidad de Dresde. La razón es porque en esas clases se aprende muy poco alemán. Y eso es debido a que los profesores son los alumnos de Germanistik (Filología alemana) y en realidad, el objetivo de las clases no es que nosotros aprendamos alemán (un objetivo secundario, o más bien terciario…), sino que los estudiantes hagan sus prácticas de profesor de alemán. Así tenemos un profesor diferente cada día (que se repiten cada cierto tiempo) y, partiendo de esta base, se dan situaciones tan extrañas como que te dé clase una alumna de intercambio vietnamita, o que tenga el gusto de volver a cruzarme, ahora como profesores, con los tipos que me guiaban por la Sajonia suiza (vease Días 13, 14 y 15: De turismo por Sajonia), (lo que les faltaba, más poder…). Los profesores son muchos y no escuchan. Se limitan a dar la clase que han preparado y les importa un pimiento si participas o no, porque siempre va a haber alguien que les conteste: en especial una nigeriana que no se calla ni debajo del agua... Porque esa es otra, la clase es de 35 personas con 20 nacionalidades diferentes. Por lo que ahora comprenderás, querido lector, que muchos días prefiera ahorrarme la hora y media de clase más la media hora de desplazamientos y quedarme estudiando en casa.

Recomendación encarecida del libro para aprender alemán: Übungsgrammatik (Ejercicios de gramática) de Renate Luscher de la editorial Hueber

Publicado el 1 de diciembre de 2005