
Día 32: Un mes en Alemania
¡Increíble! ¡Qué rápido pasa el tiempo! ¡Ya llevo un mes aquí! En este mes, a pesar del curso, no he aprendido nada de alemán.
Mis compañeros de piso intentan enseñarme, pero acabo siempre hablando en inglés con ellos. Y es que el condenado
idioma me parece dificilísimo. El alemán tiene un orden muy estricto a la hora de colocar las palabras en una frase y soy
incapaz de seguirlo.
La semana pasada fue la fiesta de despedida del curso del TUDIAS. Estuvo muy entretenida, con cerveza y salchichas por todos
los lados.
La fiesta empezó con un discurso de despedida del director de los cursos de alemán, Klaus Knabe, el tipo que el primer día
me riñó por llegar tarde mientras me preguntaba que si era del Barça o del Madrid.
La canción que teníamos que cantar no quedó tan mal. Para no tener que cantar en alemán, le dije a la profesora que yo tocaba muy bien los bongos (¡mentira! soy totalmente arrítmico...), y nos trajo unos que tenía un profesor de origen turco. No sé como lo hice en la demostración, pero coló la historia y me encargaron que tocase yo los bongos. Estuve ensayando un montón y en el último momento, cuando ya conseguía hacer un ruido que se amoldase a la canción, me vio el profesor turco y me dijo que era "jämmerlich", es decir, lamentable, y se puso él a tocar. (Menuda diferencia: yo mientras yo tocaba: bom, bom, bom, bobobom, bom, bom, bom, bobobom... un ritmillo cutre... el turco parecía el mismísimo Tito Puente: bibibobom bibibibombom bibi bum). Al final canté con el resto de la clase escondido en la última fila. Nos quedó bastante bien y he de reconocer que me equivoqué: pasamos bastante desapercibidos frente a la gente que hizo obras de teatro o concursos.

Esta semana también he estado peregrinando con José Antonio por los despachos de los profesores para que nos admitan en
sus asignaturas. El sistema de matriculación es muy cómodo para los estudiantes erasmus (creo que es igual para todos los
alumnos): se te considera matriculado en una asignatura cuando te presentas a su examen. Este sistema te da la libertad
de acercarte a una clase, y si ves que no entiendes al profesor o que el nivel es muy bajo/alto, pues no vuelves a ir
y punto. Para las prácticas hemos tenido que pedir permiso al coordinador de la asignatura para que nos admitan, rogarle
que nos hiciera un hueco entre sus alumnos, que llevaban desde antes del verano apuntados. Nos han cogido en las prácticas
de química física avanzada. Cuando lo hemos intentado en el departamento de química orgánica, nos han mandado a la mierda.
El coordinador de esas prácticas decía que no sabíamos suficiente alemán. Nosotros tratábamos de explicarle que habíamos
cumplido los requisitos de idioma que pedía su universidad y que nos admitiese pero el tío no cedía: tras darnos
un no rotundo, nos dice serena y lentamente: "Vosotros seríais un problema para mi... y a mi... no me gustan los problemas...
así que... no os quiero tener como alumnos". Regresando a casa, José Antonio, que había salido más cabreado que yo,
no paraba de repetir "Illo, este tio es un cara-polla-frente-nabo". Es normal que saliese cabreado: ha pagado en España
los creditos para asignaturas prácticas de orgánica y no va a poder coger ninguna asignatura en Alemania, porque al profesor
no le da la gana, así que va a perder ese dinero.
De todas formas, por lo que me contó Juan, no es bueno tener dos prácticas en el mismo semestre, porque son muy duras y
no tendrías tiempo para hacer nada, así que estoy bastante contento con que nos hayan admitido al menos en una. Las prácticas
empiezan la próxima semana, os mantendré informados.
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